- «Es recomendable seguir una dieta mediterránea y evitar alimentos ricos en azúcares, procesados y harinas refinadas»
- «El aceite de oliva virgen extra (AOVE) tiene un claro efecto protector frente al cáncer de mama»
- Los alimentos ricos en omega-3 son imprescindibles para combatir la temida anorexia o falta de apetito
- Los tumores más frecuentes La importancia de la relación médico-paciente
Alcanzar un buen estado de salud pasa, inevitablemente, por una buena alimentación. Sin embargo, existen situaciones en las que una adecuada nutrición se convierte en el complemento perfecto durante el tratamiento de multitud de enfermedades entre las que se encuentra el cáncer. En este sentido, la doctora Teresa Lajo, responsable de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Moncloa y profesora en la Escuela de Salud Integrativa sostiene que la nutrición es un pilar básico en el manejo de estos pacientes y la mejor receta reside en apostar por una dieta mediterránea y antiinflamatoria que contenga alimentos ricos en omega-3 y evitar el consumo de alimentos procesados, ricos en azúcares y harinas refinadas.
PREGUNTA.- ¿Hasta qué punto la alimentación durante el tratamiento oncológico influye en la evolución de la enfermedad?
RESPUESTA.- Como médico endocrino, considero que la nutrición es un pilar básico en el manejo de los pacientes oncológicos. Esto se debe a dos motivos fundamentales. Por una parte, porque es importantísimo el estado nutricional del paciente en la evolución natural de su enfermedad. Y por otro, porque tenemos evidencia científica del efecto positivo (o negativo) de determinados alimentos/nutrientes y/o estrategias nutricionales, en diferentes tumores.
A modo de ejemplo, existe evidencia sobre la denominada dieta cetogénica (limitada en carbohidratos y rica en lípidos), sobre determinados tumores cerebrales como los glioblastomas, para los que lamentablemente hay escasas opciones terapéuticas.
Otro ejemplo a resaltar es el de un alimento, de todos bien conocido por formar parte de nuestra cultura nutricional, el aceite de oliva. Bien, el aceite de oliva virgen extra (AOVE) ofrece un claro efecto protector frente al cáncer de mama. De hecho, un reciente estudio de la Universidad de Navarra realizado con más de 4000 mujeres a las que se les realizó un seguimiento durante cinco años, demostró una reducción de un 28% del riesgo de padecer cáncer de mama, para aquellas mujeres que consumían de 15 a 25 ml diarios de AOVE.
P.-¿De qué forma pueden interferir en una adecuada nutrición los efectos secundarios derivados de la quimioterapia/radioterapia?
R.- Una adecuada nutrición, sin ninguna duda, es capaz de mejorar alguna de la sintomatología asociada a los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos. Es decir, hablaríamos de interferencia positiva. Pondré algunos ejemplos: Una dieta que incorpore proteína de calidad es imprescindible, ya no solo para evitar la pérdida de musculatura asociada a la inmovilización prolongada, sino también para mejorar la cicatrización. Por otro lado, la dieta palatable (rica de sabor), e hipercalórica, es esencial para prevenir la desnutrición. Esto por supuesto no implica enriquecer las comidas con alimentos ricos en azúcares o exceso de grasa saturada. Los alimentos ricos en omega 3 son imprescindibles para combatir la temida anorexia (falta de apetito). Además, se ha de procurar una alimentación adecuada para manejar la diarrea o el estreñimiento. También se pueden adoptar unas estrategias nutricionales para prevenir o paliar las aftas bucales que resultan tan molestas en estos pacientes.
P.-¿Cómo puede un paciente oncológico reorganizar su nutrición mientras dure la enfermedad?
R.-Es muy importante resaltar la necesidad de que los pacientes oncológicos cuenten con el asesoramiento de un profesional experto en nutrición oncológica. Es necesario individualizar la dieta según el tipo de tumor, los tratamientos a los que esté sometido, patologías previas, estado nutricional… No obstante, si tuviera que dar unas pautas generales, recomendaría adoptar una alimentación lo más equilibrada posible, que incorpore la mayor parte de macro y micronutrientes, con el matiz que sean de calidad. En este contexto, es aconsejable una dieta rica en fruta y verdura, si es posible de temporada y de la zona, incorporando proteína de calidad. Es muy importante limitar la ingesta de alimentos procesados, ricos en azúcares o grasas saturadas. Hay un aspecto que quiero resaltar. No estoy de acuerdo con los mensajes del tipo «come lo que quieras», «la nutrición no importa”, «eso son tonterías», provengan de donde provengan y, mucho menos si procede de algún compañero sanitario. En primer lugar, por ser mensajes que no atienden a la verdad y, en segundo, porque es una demanda REAL de los pacientes y sus cuidadores, en un momento sumamente complejo. Los pacientes se merecen una guía en este importante aspecto de su cuidado.
P.-¿Qué alimentos están recomendados y, por el contrario, desaconsejados y cómo influyen en estos pacientes?
R.-Reiterando lo anterior, subrayando la necesidad de personalizar, y para profundizar un poco más en lo antes expuesto, de manera general podría aconsejar lo siguiente: Una dieta mediterránea (rica en frutos rojos, tomates, polifenoles de la uva y el AOVE, legumbres, cereales integrales – aunque estos últimos no siempre. Por ejemplo, si se opta por una dieta cetogénica, estarían desaconsejados… Como vengo diciendo, es necesario un plan a medida. Los que sí desaconsejaría de manera general son los alimentos ricos en azúcares y harinas refinadas, y los procesados. También las acrilamidas (sustancia química que se forma en los alimentos ricos en almidón, cuando son sometidos a procesos culinarios a altas temperaturas), ya que estos pacientes resultan especialmente susceptibles a todo tipo de tóxicos. Además, me gustaría destacar la importancia de reducir la «inflamación silenciosa» en estos pacientes. Esta es una característica común a todos los tumores, por lo que es necesario seguir una dieta antiinflamatoria. Esto se consigue mediante el aumento de productos ricos en omega 3 (semillas de lino, pescado azul…), y la disminución de los alimentos ricos en omega 6 como la carne roja o los lácteos. Un aspecto sumamente interesante y actualmente en investigación es la influencia de la microbiota (es decir, nuestra flora intestinal) sobre la capacidad de cada individuo de metabolizar determinados alimentos. La importancia de esta investigación es la repercusión que este «procesado» pueda resultar en la formación de sustancias endógenas, beneficiosas o perjudiciales para el organismo.
P.-¿Hay una dieta o alimentos específicos a consumir según el tipo de tumor?
R.-Reiterando siempre el contexto de una alimentación equilibrada, se están llevando a cabo estudios de cómo limitar o incrementar determinados nutrientes para ciertas localizaciones tumorales. Por ejemplo, en el cáncer de próstata podría estar desaconsejada la leche, y ser beneficiosos alimentos ricos en licopeno como el tomate y aquellos frutos y frutas de color rojo (por contener este antioxidante), así como las semillas de calabaza. También se dispone de evidencia sobre cómo una mayor ingesta de vegetales que pertenecen a la familia de las crucíferas, como el brócoli, los nabos, rábanos…, se relacionan con un menor riesgo de cáncer colorrectal. Estudios con animales han demostrado que la linaza, los lignanos y el aceite de linaza disminuyen varios factores de crecimiento, ralentizan el crecimiento tumoral y la capacidad de diseminar el cáncer de mama. Por otra parte, estos alimentos disminuyen los marcadores de inflamación, los tumores de colon e inhiben el crecimiento y la diseminación del cáncer de próstata.
P.-¿Existen alimentos que tengan un efecto «medicinal»? ¿De cuáles estaríamos hablando?
R.-Nos estaríamos refiriendo a los alimentos funcionales. Estos, por definición son aquellos que tienen un efecto potencialmente positivo en la salud más allá de los puramente nutritivos. Promueven una salud óptima y ayudan a reducir el riesgo de padecer enfermedades, como el cáncer. Por otra parte, existen una serie de compuestos «bio-activos» y «moduladores biológicos». El objetivo de estas sustancias sería, por una parte, reducir y contrarrestar la toxicidad de los antineoplásicos y, por otra, incrementar la eficacia antitumoral, aumentando su efecto citotóxico. Nos referimos a determinados complementos alimenticios y los fito-activos derivados de las plantas medicinales. Los efectos protectores del cáncer por parte de estas sustancias pueden deberse a la presencia de moléculas bioactivas que actúan a través de diversos mecanismos. Por citar algunos de ellos, son capaces de inhibir la activación de carcinógenos, estimular la desintoxicación del carcinógeno, eliminar especies de radicales libres, control de la progresión del ciclo celular, inhibición de la proliferación celular, inducción de la apoptosis, inhibición de la actividad del oncogén, inhibición de la angiogénesis y metástasis, e inhibición de la actividad hormonal o de factores de crecimiento.
P.-¿Considera que la nutrición para pacientes oncológicos sigue siendo una asignatura pendiente?
R.-Absolutamente, sí. En general, la nutrición sigue siendo un asunto pendiente en la formación del futuro médico (se le dedican pocas horas en la oferta formativa). En particular, la nutrición en oncología no está suficientemente valorada por los propios profesionales de la salud, cuando uno de los aspectos que más demanda el paciente cuando se encuentra en esta situación, es un profesional que le acompañe y le oriente no sólo para mejorar su pronóstico, sino para tolerar mejor todos los tratamientos. Creo que, en general, la nutrición está poco considerada, tanto en horas formativas, como en importancia en la cartera de servicios, en la sanidad actual, y en la oncología en particular. Es un aspecto de la salud en el que parece que el paciente parece ir por delante de las políticas sanitarias. De ahí la cantidad de información que se puede encontrar en la red, algunas veces basada en estudios, y otras, no tan fiables.
Texto obtenido de OkSalud
TERESA LAJO MORALES
Dada la situación de actual pandemia, casi todos los especialistas estamos tratando de aportar nuestro “granito de arena” en lo que se refiere a nuestros pacientes y nuestra experiencia en las patologías que mejor conocemos y controlamos. Por esta razón, me parece oportuno aportar el resumen de lo que he comprobado en mi consulta, y lo que he podido investigar de la escasa bibliografía existente acerca del sistema endocrino y la infección por el virus SARS COV 2, y algunas pinceladas sobre las mejores pautas nutricionales .
A efectos prácticos, y aunque muchas medidas, lógicamente se solapen, lo voy a dividir en 3 apartados: Prevención, COVID ( enfermedad), y Post COVID.
A-PREVENCIÓN COVID
a-Importancia de la salud intestinal (eje pulmón-intestino).Quizá uno de los temas de los que estamos encontrando más publicaciones, es de la relación inmunidad-microbiota. Una buena salud intestinal influye: tanto en la probabilidad de contagiarse, como en la gravedad de la infección, como ( y estas son, obviamente las últimas evidencias que se han encontrado), en la incidencia de desarrollar un COVID persistente ( “Long COVID”)
b-Nutrición “anticovid”
Sin duda una nutrición “antiinflamatoria”, o lo que llamamos “Inmunonutrición”( dieta VARIADA, rica en frutas y verduras si fuera posible ecológicas y de temporada, proteína de calidad, legumbre, semillas, pocos cereales y si fuera posible alternativos al trigo, SIN azúcares ni harinas refinadas NI alimentos procesados, y que contenga alimentos pre y probióticos), determina nuestra salud inmunitaria y por tanto nuestra capacidad defensiva.
c-Vit D como preventivo
Sin duda otro de los factores más ampliamente investigado en cuanto a prevención no sólo de la enfermedad sino de la gravedad de la misma. Personalmente, y dada la carencia endémica de esta vitamina en las analíticas de nuestros paciente, creo indicada la suplementación ( barata, inocua y accesible) en la mayoría de los pacientes.
d. Patología metabólica preexistente: Este apartado, un poco más “técnico”, aborda la importancia del control por parte del endocrinólogo de ciertas enfermedades previas que nos competen en nuestra especialidad:
1.Diabetes: NO parece que incremente prevalencia ( 15% de DM entre infectados, similar a la proporción de DM en población general), pero SI aumenta la morbimortalidad( 78% de pacientes UCI son DM o tienen otras patologías metabólicas como , HTA ). La mortalidad por COVID 19 en DM es del 7,3% ( frente a 2,3% en no COVID)
2-Obesidad. Los mecanismos por los que la Obesidad presenta peor pronóstico en pacientes con COVID-19 son:
-Función respiratoria deteriorada ( neumopatía restrictiva)
-Metabolismo, factores de riesgo cardiovascular y situación protrombótica
-Aumento de excrección viral y de carga viral
-Alteración mecanismo inmunitario ( por inflamación de bajo grado….esto lo comprobamos en analíticas mediante parámetos como la elevación de la Proteina C reactiva, la ferritina o la homocisteína)
3-Otras enfermedades a tener en cuenta por el endocrino serían la malnutrición o la insuficiencia suprarrenal.
2-TRATAMIENTO ALTERACIONES ENDOCRINAS INTRACOVID Alimentación: NO SE DEBEN REALIZAR AYUNOS PROLONGADOS. Sería recomendable ingerir 25-30 kcal/Kg peso y un mínimo de1,5 gr proteina/kg peso. El motivo es que en esta fase nuestro organismo precisa materia prima para sintetizar células inmunitarias contr el virus. Aquí es importante una ingesta d alimentos antiinflamatorios ( omega 3, cúrcuma, jengibre, enzimas digestivas…) para ayudar a combatir la famosa “ tormenta de citoquinas” Hipófisis: Pude existir alteración del eje hipotálamo-hipofisario: Baja TSH, baja ACTH (cadena peptídica de ACTH similar a SARS2 por lo que alguno anticuerpos pordrían “confundirse” y destruir ACTH). Esta es una de las causas del extremo agotamiento en pacientes COVID. Tiroides: En cuanto a la glándula que regula nuestro metabolismo, el SARS COV 2 puede originar diversas alteraciones: a-Hipotiroidismo primario: Destrucción de celulas tirodeas foliculares y parafoliculares b-Síndrome del “eutiroideo enfermo”: TSH baja, T4l variable, T3l baja. En realidad, es un mecanismo que tiene el organismo de “ ahorrar” energía en momentos complicados… c-Hipotiroidismo secundario o de causa hipofisaria ( ya referido)
Hay que tener mucho cuidado con agranulocitosis ( disminución brusca de glóbulos blancos) en pacientes con hipertiroidismo en tto con antitiroideos en pacientes COVID ya que presentan sintomatología similar.
DM: IMPORTANCIA DEL CONTROL GLUCÉMICO EN COVID 19
La glucemia elevada en sangre condiciona glucosa elevada en vías respiratorias y por tanto mayor inflamación, y peor pronóstico en conecuencia
–altera respuesta antiviral del sistema inmune
–Aumenta la permeabilidad alveolo-capilar
– Aumenta marcadores inflamatorios ( IL6 y dímero d)
De hecho, en experimentos realizados en animales los niveles elevados de glucosa en sangre producen mayor infecciosidad y replicación del virus Influenza ( cuyos mecanismo de infección y replicación son similares al SARS COV 2)
3-POST COVID Vamos a diferenciar entre: Secuelas endocrinológico-metabólicas del COVID y Síndorme del post COVID ( o COVID prolongado).Dentro de las primeras, podemos encontrarnos con:
1-Hipertrigliceridemia ( algunos antiretrovirales: lopinavir, ritonavir)
2-Casos nuevos de diabetes ó peor control ( SARS 2 se liga a unos receptores llamados “ACE” y altera la producción de Insulina, o también puede er por los efectos del tratamiento con corticoides durante la enfermedad para disminuir la inflamación durante el COVID)
3-Casos nuevos de enfermedades tiroideas, tanto hiper como hipotiroidismo ( o peor control): Debido, bien a la persistencia del “Síndrome del enfermo eutiroideo”, o a la relación que pueda tener la disbiosis ( alteración de la microbiota intestinal), que permanece tras las diversas intervenciones farmacológicas y el propio estrés sufrido por el paciente.
Respecto al COVID persistente ( “long COVID” para los angloparlantes), definido como complejo sintomático multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han pasado COVID 19 y que permanecen con sintomatología tras la fase aguda de la enfermedad hasta 4 semana ( incluso 12) , uno de los síntomas mas prevalentes es la astenia ( agotamiento), la cual, como hemos comentado, puede deberse a un cierto nivel de “insuficiencia suprarrenal de causa hipofisaria”.Aunque no existen a día de hoy mucho estudios sobre el manejo de este síndrome, que parece afectar al menos a un 10% de los afectados por el COVID ( aunque si tenemos en cuenta los más graves puede llegar hasta un 80% según las series), las intervenciones que podemos llevar los especialistas en endocrino Y nutrición en la consulta son muchas y variadas como hemo visto:
1-Suplementación adecuada según carencias nutricionales 8 Vit D, B12, omega 3..)
2-Control de la nutrición
3-Control de las posibles consecuencias endocrino-metabólicas
4-ME PARECE ESENCIA LA INCLUSIÓN, EN LOS EQUIPOS DE ENDOCRINOLOGÍA, DE UN EQUIPO -ENDOCRINO+NUTRICIONISTA PARA DIAGNOSTICO Y MANEJO DE LA MICROBIOTA
- Adelgazante: reducir la grasa visceral sin perder el músculo, potenciando la combinación de ejercicios de fuerza y aeróbicos de forma controlada
- Détox: acumulamos muchas toxinas en nuestro día a día que dificultan la pérdida de peso, además de contribuir a la retención de líquidos
- Inmunoprotectora: ya que vamos a potenciar el uso de alimentos, especias y suplementación ( solo si es necesario), que protejan nuestro organismo ante la amenaza de cualquier patógeno
El resultado es que te sentirás mas ligero, con mas vitalidad, mas protegido ante posibles enfermedades infecciosas, con un metabolismo más acelerado ( perdiendo más calorías en reposo) y estableciendo así un estilo de vida saludable. Nuestra salud es siempre nuestra mejor inversión, ¿no crees?
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¿ Sois dulzones?
Si es así, os traigo una idea de bombones riquísimos:
– ⬇️ hidratos de carbono
– ➡️ Moderada en grasas buenas ( coco) que nos protege frente a enfermedades infecciosas, entre otros
– ➡️ saciante, ayuda a disminuir la presión arterial, estimula el sistema nervioso central
Ingredientes
– chocolate negro ( 85-99%)
– 200 ml de leche/ crema de coco
– 2 cucharadas de rayadura de coco
– stevia al gusto
– aceite de coco
– moldes para poner el hielo
Elaboración
Mezclas el coco rayado, la leche de coco y la stevia y remueves. Pones la mezcla en las cubiteras y lo congelas 1 hora. Desmoldas los cubitos. Mientras, calientas al baño maría el chocolate negro con el aceite de coco y viertes la mezcla encima del coco helado. Se solidifica y listo!!!!
Bombones de coco bajísimos en carbos
¡ Espero que os guste!
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¡ PINCHA EN LA IMAGEN PARA VER EL HORARIO COMPLETO!
Abrimos de lunes a viernes de 10:30 a 14. Cerramos del 10-15 de Agosto. Para coger citas, a partir del 17 de Agosto
Gracias y disculpen las molestias
Feliz verano